Cuidado viene de cogitatus (reflexión y pensamiento) que, como señala Belén Gopegui, a su vez viene de co- (acción conjunta) y agitare (poner en movimiento) es decir poner en movimiento las cosas en compañía.
Cristóbal Pera señala también la relación de cuidado con cultura. Cultura viene del latin cultus y se utilizaba tanto para hablar del trabajo de la tierra, para que produjera frutos, como el de la cura del cuerpo (cultus corporis).
Gilligan, Carol. «El daño moral y la ética del cuidado». en Gilligan, Carol (2013): La ética del cuidado, Cuadernos de la Fundació Víctor Grífols i Lucas Nº30. [PDF]
Entrarafuera «¿Cómo puede cuidar la institución? Apuntes para una práctica radical del
cuidado social» en Pérez Alonso, E., Girón, A., Ruiz-Giménez, J.L. (Coords.) (2019): Los cuidados. Saberes y experiencias para cuidar los barrios que habitamos. Libros en acción
«Es un error otorgar un papel secundario al cuidado de las personas, porque estas para seguir sinténdose personas necesitan todo lo que aporta la ética del cuidado. No podemos reducir al ser humano a un objeto científico cayendo en el reduccionismo cientificista, ya que la dimensión espiritual, trascendente, metafísica del ser humano no es como lo anatómico, biológico o fisiológico (…) no es nada que pueda ser estudiado bajo el escrutinio del microscopio, sino que se trata de una dimensión caracterizada por el misterio, que no puede ser descrita objetivamente porque es algo inconmensurable, y en este sentido la ciencia poco puede aportar».
García Cabeza, M.E. «Humanización de la asistencia en los grandes hospitales» en Boladeras, M. (coord.) (2015) Bioética del cuidar ¿Qué significa humanizar la asistencia? Tecnos.
Herrero, Yayo (2020): Emergencias: una mirada polisémica a tiempos excepcionales conferencia on-line en La Casa Encendida
Parlamento Plurinacional y Popular de Mujeres, y Organizaciones Feministas del Ecuador (2020): «Cuidados para el pueblo en tiempos de pandemia: reflexiones colectivas para transitar la incertidumbre, ensayos para no habitar la impotencia » en La Vorágine
Martínez, Josefina (2020): «Somos nosotras las que ponemos el cuerpo: clase y género en tiempos de pandemia» en Ctxt
Rocío Echevarria, portavoz de Sindillar (2020): La crisi del coronavirus agreuja la precarietat de les treballadores de la llar i les cures en Feminismes – Ràdio 4
La adopción de una óptica enfocada en los cuidados ha permitido cuestionar un sistema socioeconómico que pone los mercados en el centro junto a un sujeto individual y autónomo. También ha revalorizado una serie de labores que se encargan del cuerpo, la sostenibilidad y la reproducción social. Debemos preguntarnos cómo se piensan los cuidados en el marco de la ciudad, entendiéndolos dentro de un espectro amplio y complejo. Este incluye desde los servicios públicos y privados, pasando por los gestos individuales y colectivos que sostienen el tejido social y de lo barrios, hasta todas aquellas labores invisibles que atienden a las vidas.
¿Cómo pensar el acceso y la ciudadanía en relación a políticas de experimentación en el campo de lo municipal que tengan en cuenta los cuidados? ¿Cómo imaginar la ‘cuidadanía’ en espacios y políticas municipales concretas?
Marta Malo (2020): «La vida en el centro: cuidados, crisis y ciudad» en ¿Cómo COÑO se sostiene esto? Cuidados, ciudad e infraestructuras de lo común en La Hidra
Retomando Maria Puig de la Bellacasa en Pensar con cuidado, frente a la higienización de los afectos en la escritura académica proponemos un estilo de escritura-con como forma de cuidado.
Lo que me fascina a la hora de proponer un estilo de escritura-con como patrón del pensamiento con cuidado, no es tanto el quién o qué se aspira a incluir y representar en un texto, como aquello que genera: cómo se crea de hecho un colectivo y se puebla un mundo. En lugar de reforzar el yo de una figura de pensador solitario, la voz de ese tipo de texto parece repetir: «no estoy sola». Hay muchas, muchas otras. El pensamiento-con fortalece el trabajo del pensamiento, apoya la singularidad mediante las contingencias situadas en las que se inspira, y promueve con su alcance el potencial infeccioso, su confirmación de interdependencias que invariablemente son más-de-una. Escribir-con es una tecnología práctica que se revela a la vez como descriptiva (inscribe) y como especulativa (conecta). Construye relación y comunidad, es decir, posibilidad. Esta forma de relación no habla de crear «uniones» o «yuxtaposiciones». Estos caminos siguen la relación como «algo que pasa entre [las dos] y que no es ni una ni otra»